lunes, 11 de agosto de 2014

HUELLAS PROFUNDAS: Desarrollo y Conclusión

Comunicación XLI Symposium de la SEPTG, Vulnerabilidad y Resiliencia grupal: Del Miedo a la Acción.


Francisca Vargas Real
Psicóloga  Clínica – Psicoterapeuta en Vitoria (Álava)


Desarrollo
En pocas décadas hemos pasado de casi todos casarse al final de la adolescencia o principios de la edad adulta a otra de creciente minoría de que nunca se casará y la mayoría posterga el matrimonio hasta los treinta.

El matrimonio ya no es más el acontecimiento eje que articula el comienzo de las relaciones sexuales, la procreación, el abandono del hogar paterno, o incluso la formación de un hogar. Todos estos acontecimientos son cada vez menos interdependientes, tratándose cada uno de ellos de eventos delimitados en el curso de vida (Modell 1989; Modell, Furstenberg y Hershberg 1976; Furstenberg 1982). No obstante, hasta muy avanzado el siglo XX, los límites de la familia eran extremadamente permeables y solían incluir a parientes, personal doméstico y huéspedes. La vida del hogar era muchas veces más caótica de lo que solemos pensar. Los niños, salvo los integrantes de la pequeña franja de familias acaudaladas, debían justificar su existencia mediante la producción económica o buscar trabajo fuera del hogar. No era extraño que los padres dejaran a sus hijos en orfanatos, hogares de crianza o en empleos, como forma de sobrellevar las circunstancias económicas difíciles (Bellingham 1988).

Para concluir:

Son muchos cambios por los que socialmente, cultural y económicamente los humanos hemos pasado. Es más difícil observar cambios en los sentimientos y emociones. Cambios en la forma de resolver los conflictos dentro de la familia, intentando que cada cual asuma su parte de responsabilidad dentro de núcleo familiar, de la relación entre los padres, adultos supuestos responsables de la convivencia en el seno de la familia, supuestos protectores de los hijos y a veces incapaces emocionalmente de prestarles protección porque no saben hacerlos de otra manera, no saben que lo pueden hacer diferente al modelo que han tenido, o que simplemente pueden aprender a hacerlo de otra forma…

Los hijos son seres diferentes a los padres, únicos e irrepetibles, como cada ser humano lo es, los hijos llegan a una familia, con toda una historia, la mayoría de las veces sin una elaboración, los hijos movilizan recuerdos y emociones en los padres, las cuales pueden ser de vulnerabilidad, de miedos, de resiliencia o de acción. Acción que según intervenga el miedo puede ser de paralización o de huida porque no siempre la acción es creativa, constructiva, puede ser destructiva, de dominio, de lucha de poder, de no innovar, de experimentar nuevas formas de hacer que ayuden a avanzar, a desarrollase, a crecer. Puede ser algo repetitivo, familiar, no cuestionándose que se puede aprender otra manera de relación.

Los padres deben ser contenedores de lo que a los hijos le suceda, de lo que a ellos padres le suceda, (trabajo, sociedad, enfermedades), pero no siempre se puede porque a veces son tantas las cargas humanas que arrastramos que, o nos paramos a mirarlas, a trabajarlas o por el contrario continuamos la cadena humana familiar, transmitiendo la herencia emocional, “episódica” familiar.

Con el divorcio podemos dar solución a una relación conflictiva pero si continuamos la pelea no solucionamos nada, al contrario dañamos, elevamos el sufrimiento de todos los miembros, desprotegiendo a los hijos que son los más vulnerables, generando violencia como mínimo psicológica. Si consideramos el divorcio como una forma de resolver un conflicto, a veces personal, a veces relacionar… que sea de verdad y para el bien de todos, que los hijos puedan aceptar que su familia es bi nuclear, es decir que tienen dos casa en las que poder estar, pasando libremente de una a otra sin miedo, sin vulnerabilidad porque a pesar del divorcio de sus padres, (se separó la pareja), siguen siendo sus padres, (no se separan como padres, deben seguir unidos para seguir velando por el bien de sus hijos) .

Por tanto ayudemos a generaciones venideras liberarse de cargas ancestrales resolviendo las propias, haciendo evidentes mitos y tabúes familiares, respetando que como personas estamos en constante dialéctica, dialéctica que afecta a las relaciones y que toda forma parte de la vida del ser humano, al que considero con los mismos derechos y deberes.  

Agradezco la lectura y espero pueda ser útil.

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