VINCULACIÓN
EN LAS PAREJAS:
Francisca
Vargas Real
Vitoria
Busco
saber más de las parejas, para entender por qué en algunas parejas
se pasa de un vínculo de amor a uno de violencia, o es, aunque no
sea visible está presente desde el principio.
Tengo
la hipótesis siguiente: “Cuando en una pareja desaparece el amor,
como consecuencia aparece un vínculo de violencia”.
Me
llamaba la atención que parejas divorciadas, siguieran peleando,
después de muchos años y a pesar de tener hijos en común. ¡Algo
tiene que pasar más allá de la relación!
A
lo largo de mi vida he observado en parejas de novios, que la ruptura
dolía mucho, se sentían víctimas y casi no levantaba el ánimo,
sufriendo una gran depresión. Con un sentimiento melancólico,
estaban, se sentían marcadas para toda su vida. ¿Estaban tan
dolidas que no podían atreverse a iniciar una nueva relación?
¿Habían sido tan humilladas que no se atrevían a exponerse a otra
humillación? ¿Qué pasaba?
Actualmente
la situación socio-cultural ha cambiado, las parejas deciden
convivir juntos y cuando se rompe, las emociones y los sentimientos
son iguales tanto estando o no casados, lo que cambia es la
intervención o no del Juzgado, gestionan entre ellos todas las
cuestiones materiales, porque en la gestión de las emociones no son
diferentes.
He
recibido parejas que aun diciendo que eran lo que más querían, las
trataban fatal, responsabilizándolas de todos, haciéndolas pasar
por culpables de todo el fracaso de la pareja, no importando nivel
socio-cultural; siendo el carácter el influyente en el estilo o
dinámica de la relación.
En
la parte emocional algunos adultos pueden ser como niños, que por
diversas circunstancias sufridas hayan dificultado la madurez y el
crecimiento emocional. Pienso que a las emociones en la educación,
se les hace poco caso, existe un déficit, la enseñanza no las
contempla, ni las reconoce, no ayuda a ponerles nombre y mucho menos
a gestionarlas. El sistema educativo se centra en entrenar, facilita
adquisición de conocimientos, enseña otras cosas; los padres en
ocasiones, tampoco saben identificarlas, han sufrido lo mismo. Es
algo paradójico, reconocer y ponerles nombre a las emociones que
nos acompañan en nuestra vida; lleva tiempo, esfuerzo y ganas de
saber y desarrollar la inteligencia emocional.
Cada
persona construye su propio mundo interior en base a, ideas,
creencias, valores, actitudes elaboradas a partir de su entorno, de
sus características individuales, todas influyen a la hora de
relacionarse con los otros. Por tanto, el modo de dar y recibir e
intercambiar energía con la persona que elegimos como pareja, está
influenciado por la experiencia que cada individuo ha tenido en su la
vida.
Como
las personas son diferentes, en la pareja puede ser un desafío hacer
compatibles las individualidades de cada uno, para que funciones bien
y para siempre.
Sabido
esto, ¿Qué pasa para que se dé la violencia en el vínculo de
pareja?
Quiero
saber un poco más, intentar entender una poco más y desde ese
entender, comprender para poder trabajar mejor con las parejas que
requieren apoyo, aprender, entender lo que les está pasando.
Con
el curso, he podido ver los orígenes de las dificultades, desde la
perspectiva de la estructura inconsciente, manifestaciones de
violaciones, abusos, privaciones, manipulaciones, maledicencias. El
nuevo concepto de “Violencia de género”, donde la mujer es
víctima de su compañero.
Los
cambios sociales y las actitudes entre los cónyuges de compartir las
tareas del hogar y el trabajo a veces no es tan ideal, puede
conllevar momentos de conflictos por interferir el exceso de trabajo
y responsabilidades en la convivencia.
La
llegada de los hijos es otra responsabilidad a compartir, dando lugar
a que cada cónyuge sea espontáneo con los propios hijos, con deseo
de transmitir sus propios valores, ideas, costumbres, que dadas las
circunstancias no habían sido expresadas anteriormente,
permitiéndose descubrir una parte que puede ser no aceptada por la
otra y viceversa.
Las
parejas, se pueden montan como retos o luchas de poder, es como si
cada uno en su interior no tuviera en cuenta a la persona real que
tiene como pareja, sino que cada uno la idealiza. Como si en un
diálogo interior se dijera, “Contigo puedo, serás como quiero yo
que tú seas”. Cómo si la energía fuera encaminada a cambiar lo
real en lugar de aceptarlo. Y, además guardado como un secreto, sólo
desvelándose si la frustración es tan fuerte que la rabia brota,
el enfado y la pelea que hasta entonces estuvo soterrado. Puede
llegar a sentirse tal envidia que no importa que aparezca la
destrucción, se evidencien los desacuerdos, desavenencias, que en
ocasiones acaba en actos de máxima violencia y destructividad, la
muerte del compañero. Continuando en el diálogo interno con frase
como, “tú no me ayudas a mí, no me vas a tener”. Claro
sentimiento de envidia destructiva, relación clara de lucha de
poder. Y más que colaboradores y compañeros se convierten en
competidores, rivales,
enemigos. Paradojas perversas, de engaños, con apariencias de
pasividad, desánimo de la otra parte cuando en el fondo existe el
deseo de dominar, de poder.
Se
observa con frecuencia manifestación sadomasoquistas o
perverso-narcisista: calumnias ante terceros e incluso a los hijos,
humillaciones, crueldad, arrogancia, avasallamiento. Depredación,
goce en hacer daño, a veces disfrazados del propósito altruista de
“educar” al otro.
La
perversión sexual patente parece ser menos frecuente en las parejas
(exhibicionismo-voyerismo o sado-masoquismo sexuales, fetichismo,
sexualidad en grupo y diversas formas como mediación de mensajes
anónimos e internet).
La
perversión y perversidad tienen en común:
Gozo
específico llamado voluptuosidad o sensualidad.
Tendencia
a desviarse del objetivo sexual o de quien es el objeto de
investidura, y en el vínculo con el otro, que sirve a la ambición
de dominio, se trata a las personas como cosas.
Debilitamiento
del superyó
Como
ya he dicho, cuesta reconocer las emociones, en general no hay un
autoconocimiento profundo, para descubrir sin ayuda una perversión o
anormalidad.
Interesante
tener en cuenta las situaciones clínicas diferentes en las que
podemos ver un vínculo perverso:
Sujeto
perverso inestables en su relación de pareja.
Sujeto
perverso que actúa la perversión fuera de relación de pareja,
exhibicionismo, voyerismo, pedofilia, bestialismo, travestismo,
fetichismo, ninfomanía, froteurismo, adicciones sexuales y
películas pornográfica. Mención especial merecen los agresores
sexuales, los violadores, sádicos que en su entorno familiar suelen
ser modélicos…
Sujetos
que sus hábitos perversos los practican en las relaciones sexuales
con la pareja, sadomasoquismos, escoptofilia, voyerismo,
exhibicionismo, compartidas con otros. En estas parejas uno es
iniciador o líder y el otro más pasivo.
Entiendo
que en goce absoluto y procedimiento, la pareja
se vive como objeto en
lugar de sujeto con el deseo de apropiarse del otro con déficit de
apego en la vinculación intersubjetiva, no siendo reconocido como
sujeto de deseo, dado que uno no vive implicado por él/ella; no
sintiendo responsabilidad ni contempla las posibles consecuencias de
sus actuaciones en el otro, nula sensibilidad.
El
interés terapéutico se centra en que cada uno y progresivamente
sienta al otro, reconozca su intimidad y surja la pena por haber
hecho sufrir al compañero.
Una
pareja puede pedir ayuda cuando pierde el equilibrio de dominador
dominada, sea porque el sádico se ha vuelto masoquista y vulnerable,
o porque han surgido síntomas somáticos, psicóticos o depresivos
que le hace sufrir... Otras veces llegan porque la justicia les
deriva, agresiones sexuales que dan lugar a las intervenciones
legales. Con el trabajo, se van descubriendo tendencias individuales
que hasta entonces estaban ocultas.
Berenstein,
nos dice que nos referimos a lo violento como una cualidad de ciertas
acciones, ligadas a fuertes emociones vinculadas a la agresión, con
una característica de exceso en el sentimiento de no tolerancia al
límite ofrecido por otro sujeto, su mente y en especial su cuerpo.
Podemos hablar de un amor violento, una pasión violenta, una muerte
violenta. Trasmitiendo idea de máxima destructividad agregado al
acto, calificándolo con sentido de ruptura de su forma original, o
de ensañamiento o degradación.
Las
circunstancias también lo llevan a utilizar el término, no sólo
como cualidad sino como sustantivo, nombre de una acción o conjunto
de acciones consistentes en invadir el límite del otro, a los
efectos de ejercer una imposición sobre él mediante la fuerza con
su componente motor (muscular). El que ejerce la violencia tiene
poder para hacerlo y el que la recibe, por diversas circunstancias
está en posición inerme, (un niño de un adulto, un adulto
destituido de su lugar de sujeto con deseo y propia forma de pensar,
inmovilizado por la fuerza del o de los otros).
Espacios
en los que se puede dar la violencia:
Individual
(intrasubjetivo): la violencia surge de una acción que irrumpe desde
el interior de su mundo interno, incluye lo corporal y mental.
Vincular
(intersubjetivo) y social: la violencia consistente en los actos que
se realizan entre un sujeto y otro vinculados, consistentes en el
despojo de su ajenidad y el intento de transformarlo en semejante o
idéntico a sí mismo. Se asocia a borrar la subjetividad del otro,
la cual se apoya no sólo en negar lo especifico de su deseo, si no
en su carácter de otredad en un vínculo, familiar o social.
Ni
más ni menos que el objetivo va a hacerlo desaparecer como un Yo
distinto. Lo ajeno caracteriza aquello del otro, que el Yo no puede
reconocer como propio, aunque lo intenta. Consideran al otro como
parte, una prolongación de sí mismo.
Hablamos
de violencia cuando se desoye que el otro no autoriza, no desea ni
busca esa acción. Estarían en este lugar, los vínculos pasionales,
la violación, el abuso sexual y la tortura.
Desde
lo social, la violencia incluye el arrasamiento del sentimiento, del
sentimiento de pertenencia de un conjunto de sujetos a una comunidad
por parte de otro conjunto de sujetos de otra comunidad.
La
violencia transubjetiva originada en lo sociocultural atraviesa los
vínculos interpersonales, y al propio Yo. El intento es hacerlos
dejar de pertenecer, incluye traslado súbito, expulsión o matanza,
todo para hacerlos desaparecer...
Según
Fromm el amor tiene cuatro componente: Responsabilidad, Respeto,
Conocimiento y Cuidado y según Sternberg el amor lo sustentan tres
pilares: Intimidad, Pasión y Compromiso, si los combinamos salen
doce situaciones que se pueden dar en la vida cotidiana de toda
relación de pareja. Doce circunstancias a tener en cuenta como
necesarias a respetar para que una pareja conviva armónicamente.
Intimidad
- Responsabilidad:
Elegir resguardar o compartir con otros lo íntimo de la pareja.
Intimidad
- Respeto:
Percibir cuales son los factores importantes para la otra persona en
cuanto a la intimidad y permitir su manifestación sin invasión ni
intento de cambio.
Intimidad
– Conocimiento:
Aprender cuales son las situaciones de compartir exclusivo y
vulnerable con la pareja que ambos disfrutan y que les hace bien.
Intimidad
– Cuidado:
Registrar las necesidades de resguardo de lo compartido y prestar
atención a satisfacerlas.
Pasión
– Responsabilidad:
Elegir aquello que le hace sentir vivo y decidir compartirlo con la
pareja.
Pasión
– Respeto:
Dar rindas suelta a las actividades que producen entusiasmo propio y
comprender que las de la pareja pueden ser coincidentes o distintas.
Abrir el espacio para que cada uno pueda desarrollarlas.
Pasión
- Conocimiento:
Aprender sobre las circunstancias que despiertan y avivan a la
pareja. Descubrir detalles que puedan dar alegría y emoción a la
otra persona.
Pasión
– Cuidado:
Acompañar a la pareja en aquellas actividades que le producen
bienestar y entusiasmo y estimular el espacio y la energía para que
pueda realizarlas.
Compromiso
– Responsabilidad:
Decidir conscientemente cumplir con la palabra ofrecida.
Compromiso
– Respeto:
Decidir aceptar a la otra persona tal cual es, poniendo énfasis en
observar y permitir sus procesos y también los propios sin juicios
ni violencia.
Compromiso
– Conocimiento:
Estar dispuesto a aprender sobre el otro, sus deseos, necesidades y
sentimientos. Registrar la importancia del cumplimiento de las
promesas para la pareja.
Compromiso
– Cuidado:
Estar atento a que al cumplimiento de la palabra dada sea consciente
y voluntario para la atención de las necesidades de ambos.
Todas
estas circunstancias son interesantes tenerlas en cuentas para crear
condiciones idóneas y de respeto en la pareja, pero si no salen de
forma espontánea difícil mantenerlas en el tiempo, intervienen
factores emocionales y afectivos personales que pueden interferir
negativamente perturbando el compromiso y decisión de mantenerlas.
En
las violencias actuales debemos tener en cuenta la posible
influencia de las raíces transgeneracionales en la pareja, así como
las motivaciones inconscientes que hacen vincularse a los dos
partenaires y que queda articulado en lo transgeneracional,
antepasados (abuelo, ancestros) que hayan cometido, por diversas
circunstancias actos violentos y transgresivos, que hayan sido
secretos vergonzosos y que al ser ocultados engendran vacíos en las
generaciones siguientes. Pero que al ser acontecimientos dramáticos
son sentidos profundamente resurgiendo a través de síntomas o
funcionamiento anómalo a nivel individual o de pareja.
Los
secretos suelen ser de naturaleza sexual o violenta.
Sexuales:
incestos, infidelidades, hijos ilegítimos, abandonos de niños,
malformaciones.
Violentos:
malos tratos, asesinatos, estafas, robos, suicidios.
Ambos
tienen un punto en común que es la dificultad de comprenderlos,
dificultad para ligar afectos, palabras, generando un vacíos de
representaciones, adquiriendo una dimensión de pactos secretos,
contrato que busca el silenciar la vergüenza del traumatismo, algo
que va marcando en la evolución a través del tiempo impidiendo en
cada sujeto que tome conciencia de lo que sucedió.
Por
la importancia que tiene en la identidad de cada uno la herencia de
nuestros antepasados queremos que sea digna, noble, importante
socialmente y que nos trasmita potencial para avanzar en la vida.
Pero si hay un tabú familiar sin palabras impiden la aceptación e
integración de parte de la historia familiar considerada vergonzosa.
Cuando
estudiamos lo transgeneracional hablamos tanto de los desórdenes que
causa como de la herencia constructiva que nos viene de nuestros
antepasados, al final de todo ello nos sentimos orgulloso.
En
nosotros y en el mundo, la pareja no solo es la unión de dos
pasiones sino la de dos grupos familiares, con vínculos y modelos
diferentes de familias diferentes y aunque se desee tomar distancias
con relación a sus valores de su familia de origen, la mayoría de
las veces no es posible.
Nos
preguntamos, el papel que ocupa la mirada de los otros (familia,
sociedad) ante la nueva unión, es de aprobación o de rechazo; ni
que decir tiene que la aceptación de la nueva pareja facilita la
unión dado que el rechazo a la nueva unión no hace fácil la
convivencia, vivirse en pareja rechazada puede complicar la relación.
Aunque
no siempre ya que por el contrario, otras sienten ganas de
perseverar, llegan a la reprobación haciendo de ello una misión,
ejemplo las parejas que deciden cometer actos delictivos, hacen del
rechazo social una reafirmación de compromiso en las que intentan
borrar las diferencias.
El
curso en general me ha ayudado a asentar muchas de mis ideas,
conocimientos adquiridos por la formación teórica y experiencial. A
parte del material aportado por el profesor, el material
bibliográfico, fueron muy importantes los intercambios, aportes de
los compañeros que siempre eran enriquecidos con los comentarios de
nuestro profesor y que generosamente nos proporcionaba nuevas
lecturas.
Bibligrafía:
Apuntes
del curso Violencia en el Vínculo de la Pareja.
Isidoro
Berenstein, “Psicoanaliza una familia” Editorial Paidós, Buenos
Aires 1990
Verónica
Kenigstein, “Sexos encontrados, cómo mejorar tu vida amorosa”
GranAldea Editores.
Marie-France
Hirigoyen,”Las nuevas soledades” Un reto a las relaciones
personales en el mundo de hoy.
Ed:
Paidós Ibéricas S.A, Barcelona 2008
Cloé
Madanes “Sexo,
amor y Violencia”
Estrategias de transformación. Ed: Paidós, terapia familiar 1993
Barcelona,
Buenos Aires y Méjico
Anne
Ancelin Schützenberger, “¡Ay, mis ancestros! Ed: Omeba Buenos
Aires 2005
Jorge
Barudy y Maryor y Maryorie dantagnan, “Los Buenos tratos a la
infancia” Parentalidad, apego y resiliencia. Ed: Gedisa editorial,
S.A. Barcelona 2005
Si te ha gustado este artículo no lo dudes...
COMPÁRTELO en tus redes sociales. Para cualquier consultar podéis mandar comentarios o directamente contactar con nosotros,
psicólogos en Vitoria, consulta de psicología de Francisca Vargas Real.