lunes, 11 de agosto de 2014

HUELLAS PROFUNDAS: Bibliografía

Comunicación XLI Symposium de la SEPTG, Vulnerabilidad y Resiliencia grupal: Del Miedo a la Acción.



Francisca Vargas Real
Psicóloga  Clínica – Psicoterapeuta en Vitoria (Álava)


BIBLIOGRAFIA: 

Jorge Bardi y Maryorie Dantagnan, “Los buenos tratos a la infancia” Paren talidad, apego y resiliencia” Gedisa editorial, Barcelona 2005

Agnés, M. y Barrére, M. (1999) La división familiar del trabajo. La vida doble. Buenos Aires. Editorial Lumen

Jelin, E. (1994) Familia: crisis y después... En, Vivir en familia. Buenos Aires, noviembre 2010

Cloé Madanes “Sexo, amor y Violencias “Estrategias de de transformación. Paidos Terapia Familiar.

Dara Davison. “Tus hijos, mis hijos, nuestros hijos” Familias ensambladas. Y cursos.

S. Minuchin H. Ch. Fishman, “Técnicas de Terapia Familiar”. Grupos e Instituciones, Paidos 1989

Anne AncelinSchützenberger, “¡Ay, mis ancestros! OMEBA.


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HUELLAS PROFUNDAS: Desarrollo y Conclusión

Comunicación XLI Symposium de la SEPTG, Vulnerabilidad y Resiliencia grupal: Del Miedo a la Acción.


Francisca Vargas Real
Psicóloga  Clínica – Psicoterapeuta en Vitoria (Álava)


Desarrollo
En pocas décadas hemos pasado de casi todos casarse al final de la adolescencia o principios de la edad adulta a otra de creciente minoría de que nunca se casará y la mayoría posterga el matrimonio hasta los treinta.

El matrimonio ya no es más el acontecimiento eje que articula el comienzo de las relaciones sexuales, la procreación, el abandono del hogar paterno, o incluso la formación de un hogar. Todos estos acontecimientos son cada vez menos interdependientes, tratándose cada uno de ellos de eventos delimitados en el curso de vida (Modell 1989; Modell, Furstenberg y Hershberg 1976; Furstenberg 1982). No obstante, hasta muy avanzado el siglo XX, los límites de la familia eran extremadamente permeables y solían incluir a parientes, personal doméstico y huéspedes. La vida del hogar era muchas veces más caótica de lo que solemos pensar. Los niños, salvo los integrantes de la pequeña franja de familias acaudaladas, debían justificar su existencia mediante la producción económica o buscar trabajo fuera del hogar. No era extraño que los padres dejaran a sus hijos en orfanatos, hogares de crianza o en empleos, como forma de sobrellevar las circunstancias económicas difíciles (Bellingham 1988).

Para concluir:

Son muchos cambios por los que socialmente, cultural y económicamente los humanos hemos pasado. Es más difícil observar cambios en los sentimientos y emociones. Cambios en la forma de resolver los conflictos dentro de la familia, intentando que cada cual asuma su parte de responsabilidad dentro de núcleo familiar, de la relación entre los padres, adultos supuestos responsables de la convivencia en el seno de la familia, supuestos protectores de los hijos y a veces incapaces emocionalmente de prestarles protección porque no saben hacerlos de otra manera, no saben que lo pueden hacer diferente al modelo que han tenido, o que simplemente pueden aprender a hacerlo de otra forma…

Los hijos son seres diferentes a los padres, únicos e irrepetibles, como cada ser humano lo es, los hijos llegan a una familia, con toda una historia, la mayoría de las veces sin una elaboración, los hijos movilizan recuerdos y emociones en los padres, las cuales pueden ser de vulnerabilidad, de miedos, de resiliencia o de acción. Acción que según intervenga el miedo puede ser de paralización o de huida porque no siempre la acción es creativa, constructiva, puede ser destructiva, de dominio, de lucha de poder, de no innovar, de experimentar nuevas formas de hacer que ayuden a avanzar, a desarrollase, a crecer. Puede ser algo repetitivo, familiar, no cuestionándose que se puede aprender otra manera de relación.

Los padres deben ser contenedores de lo que a los hijos le suceda, de lo que a ellos padres le suceda, (trabajo, sociedad, enfermedades), pero no siempre se puede porque a veces son tantas las cargas humanas que arrastramos que, o nos paramos a mirarlas, a trabajarlas o por el contrario continuamos la cadena humana familiar, transmitiendo la herencia emocional, “episódica” familiar.

Con el divorcio podemos dar solución a una relación conflictiva pero si continuamos la pelea no solucionamos nada, al contrario dañamos, elevamos el sufrimiento de todos los miembros, desprotegiendo a los hijos que son los más vulnerables, generando violencia como mínimo psicológica. Si consideramos el divorcio como una forma de resolver un conflicto, a veces personal, a veces relacionar… que sea de verdad y para el bien de todos, que los hijos puedan aceptar que su familia es bi nuclear, es decir que tienen dos casa en las que poder estar, pasando libremente de una a otra sin miedo, sin vulnerabilidad porque a pesar del divorcio de sus padres, (se separó la pareja), siguen siendo sus padres, (no se separan como padres, deben seguir unidos para seguir velando por el bien de sus hijos) .

Por tanto ayudemos a generaciones venideras liberarse de cargas ancestrales resolviendo las propias, haciendo evidentes mitos y tabúes familiares, respetando que como personas estamos en constante dialéctica, dialéctica que afecta a las relaciones y que toda forma parte de la vida del ser humano, al que considero con los mismos derechos y deberes.  

Agradezco la lectura y espero pueda ser útil.

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viernes, 8 de agosto de 2014

HUELLAS PROFUNDAS: Desarrollo (IV)

Comunicación XLI Symposium de la SEPTG, Vulnerabilidad y Resiliencia grupal: Del Miedo a la Acción.


Francisca Vargas Real
Psicóloga Clínica – Psicoterapeuta en Vitoria (Álava)


Desarrollo

Todas estas cuestiones jurídicas suponen un intento de mediar y dar solución a un conflicto en una convivencia que se hace insoportable, bien porque el amor ha desaparecido, bien porque las motivaciones de cada cónyuge, que les hicieron emparejarse hayan cambiado o bien porque cada uno por separado ha ido evolucionando en su estructura psíquica, diversas cuestiones las que provoca crisis en la convivencia.
Tanto las personas como la familia, parejas a lo largo de su vida pasamos por crisis, crisis que si no somos capaces de gestionarlas adecuadamente pueden acabar en enfermedades, en divorcio o  rupturas familiares o de pareja.

Estas crisis vividas en la familia hacen que los miembros pasen por periodos de vulnerabilidad, no es lo mismo que la crisis sea en una pareja sin hijos que la crisis sea en una familia con hijos, todos sufren pero los hijos los que más, ellos se encuentran con lo que sus padres deciden, sufren sin tener otra alternativa que asumir lo que los adultos, sus padres, les imponen.

Invito a reflexionar sobre ¿qué supone para los miembros de una familia una convivencia de desencuentro entre los padres para la prole? ¿Hará vulnerable a todos sus miembros? ¿Se harán más recipientes?
La familia, como unidad o sistema, es un campo privilegiado de observación e investigación de la interacción humana y por ende la interacción social. Es donde se instaura el proceso de socialización del hombre, se tejen lazos afectivos, primarios, los modos de expresar el afecto, la vivencia del tiempo y, del espacio, las distancias corporales, el lenguaje, la historia, historia de la familia grande, extensa, que comprende a las distintas generaciones que nos precedieron; es decir, toda la dimensión humana más significativas se plasman y transmiten en la cotidianidad de la vida en la familia. Esta es por excelencia el campo de las relaciones afectivas más profundas y constituye, por lo tanto, uno de los pilares de la identidad de una persona.
Los procesos de cambios en las identidades genéricas de las mujeres y de los varones, asociados con el incremento de la participación de las mujeres en la educación, el mercado laboral, la actividad social, gremial y política, con el feminismo, con la nueva masculinidad y la nueva paternidad.

Aunque se asiste a un proceso de pérdida de las funciones sociales de la familia, los cambios que están apareciendo, no se pueden interpretar como crisis o como una tendencia a su desaparición (Jelin, 1994).
La familia está sufriendo un proceso de cambio, distintos tipos de familias pueden cuidar por el bienestar de sus miembros y contribuir a un desarrollo equitativo y democrático, siempre que exista un plan de vida en común, en el que se establecen metas y prioridades para sus logros. Otero (1995), señala que “la familia vive, en su proceso de transformación hacía el futuro, una dinámica dialéctica entre lo que es su estructura institucional propiamente dicha y su realidad micro social formada por las interrelaciones entre sus miembros”.

La realidad cotidiana de las familias muestra una diversidad de situaciones alejado del “modelo ideal”. Cambios que tienden a la democratización de los vínculos familiares, mayor igualdad entre los géneros, una mayor distribución más equitativas de las tareas tanto dentro como fuera del hogar, del poder al interior de la familia, tendencias que son insertadas según Schmukles (2001), en el proceso democratizadores a nivel socio político.

El estudio de la familia debe ser estudiada desde diversas disciplinas y abordajes teóricos y metodológicos y la definición de este concepto debe ser dinámico, es decir, debe permitir describir, comprender e interpretar la diversidad de estructuras y dinámica familiares.

La familia nuclear era vista como ventajosa con respectos al término de “familia posmoderna”, no tiene un significado preciso, designa un alejamiento a la autoridad patriarcal y un creciente énfasis de la autonomía individual de los integrantes del hogar.

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martes, 5 de agosto de 2014

HUELLAS PROFUNDAS: Desarrollo y más historia (III)

Comunicación XLI Symposium de la SEPTG, Vulnerabilidad y Resiliencia grupal: Del Miedo a la Acción.


Francisca Vargas Real
Psicóloga  Clínica – Psicoterapeuta en Vitoria (Álava)


Más historia:

En España 1932 durante la II República Española fue la primera ley que reguló el divorcio.

En la Constitución de 1931, dice en su artículo 43º “La familia está bajo la salvaguardia especial del Estado. El matrimonio se funda en la igualdad de derechos para uno y otro sexo, y podrá disolverse por mutuo decisión o a petición de cualquiera de los cónyuges con alegación en este caso de justa causa” .

Esta ley supuso un avance legal que contribuía a la liberación de la mujer de la tiranía a la que había estado sometida en la monarquía. La derecha católica se opuso al derecho del divorcio en nombre de la familia y del bien de las mujeres, porque decían que el matrimonio era “sagrado” y por tanto indisoluble.

Hasta entonces, lo relativo al matrimonio y el divorcio se regía por el Código Civil de 1889,  que afirmaba, “El matrimonio se disuelve por la muerte de uno de los cónyuges” Los autores van discrepando en cuanto a lo civil y a lo sacramental, expresando que si el estado invade esa unión es porque niegan la existencia del vínculo del sacramento.  Se cuestionaban si con el divorcio quedaría garantizada la educación de los hijos. Otra cuestión era que la mujer con el divorcio quedaría ultrajada y volvería al seno de su familia, estigma que levantaría odio entre las familias de los cónyuges… pensaba que era mejor un divorcio incompleto, separación de la casa, la separación de la convivencia. Entre los bautizados no aceptaban que el estado pusiera mano en cosas tan sagrada. También se manifestó que el matrimonio es una institución de sacrificio. Argumentando que entre los divorciados había mayor índice de delincuencia y mayor índice de suicidio que entre solteros y casados.

La nueva constitución en 1931 en su artículo 43ª admite el divorcio y el ministro de justicia presento a la cámara un proyecto de ley para someterlo a discusión entre la voluntad del Gobierno de la República de secularizar el Estado y la atención que se le prestaban al matrimonio y a su estructura jurídica. Pensaban que la regulación del divorcio debía hacerse mediante normas que respetasen al mismo tiempo la voluntad de las personas individuales y las exigencias de la paz social. ¿Cómo respetar ambos aspectos? Estableciendo como principio contractual el mutuo disenso y al Estado se le recababa la intervención en su ejercicio y en la disciplina de sus efectos. Abriendo un cauce para la acción unilateral del divorcio, siempre que existiera una causa justa, rechazando todo sistema de repudio matrimonial por una decisión arbitraria de uno de los cónyuges. Y como la mayoría de las veces, salieron diputados que estaban a favor y otros en contra. En general, entendiendo, que la razón determinante del contrato matrimonial no puede ser otro que el amor y que, desapareciendo éste, los contrayentes han de disponer de medios legales para disolver una sociedad que ya no tiene sentido, que existían matrimonios desunidos y que se debía regularizar y que las mujeres podían encontrar en la implantación del divorcio una vía de liberación de la discriminación de  que tradicionalmente había sido víctima. Y los que se oponían hicieron lo posible para retardar su aprobación  se hacían eco de la doctrina católica tradicional, encíclicas de León XIII, Pio XI… con las misma argumentación que en los debates de la constitucionalidad del divorcio… Sus argumentos iban entorno en que no solucionaría el problema sino que perjudicaría la estabilidad de la institución familiar y acarrearía otra serie de males sociales… Cambian con respecto a la del 1889  es que intentan que los dos cónyuges aparezcan en todo lo posible en pie de igualdad o favorecer a la mujer, que podía verse, dada su situación social, más perjudicada que el varón por el hecho de divorciarse. Después fue aprobada definitivamente el 25 de febrero de 1932 con 260 votos a favor y 23 votos en contras.

En 1936, el índice de divorcios era bajo 165 divorciados por cada mil matrimonios. No dio lugar a crisis matrimoniales pero sí tuvo una importancia fundamental desde el punto de vista ideológico, al presentarse como una defensa a la mujer y un paso a conseguir la igualdad de los sexos, considerándose en Europa como la Ley más progresista. Dicha Ley fue derogada el 23 de septiembre del 1939 e incluso declarando nulas todas las sentencias de divorcio, a instancia de una de las partes.

Hasta la constitución del 1978 en el artículo 32 se regula el mandato de derechos y deberes de los cónyuges con plena igualdad jurídica así como las causas de la separación y divorcio del matrimonio y sus  efectos. Ley que ha ido modificándose desde el 1981 hasta el 2013, donde puede conseguirse en poco tiempo cuando los cónyuges estén de común acuerdo, cuando es contencioso el proceso se alarga más y el sufrimiento y coste económico aumenta.

En la ley de 15/5/2005, de 8 de Julio, por la que se modifican el Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil en separación y divorcio.

Las modificaciones a la ley pretende romper la tendencia en la que el hijo, casa y pensión eran para el progenitor custodio e introducen la custodia compartida, fijan la temporalidad hasta que los hijos adquieran independencia económica, reparto de bienes con elaboración de inventario para liquidar el régimen de bienes gananciales, establecer un tiempo en el uso de la casa con el fin de que cada cónyuge pueda disponer de su propiedad. Se protege al menor, y también se atenderán las del cónyuge que tenga más dificultades para acceder a una nueva vivienda pues reza que también "se atienden los intereses del cónyuge que más dificultades pueda tener para encontrar una nueva vivienda tras el cese de la convivencia", eso sí, si las medidas adoptadas son "compatibles con el citado interés superior de cada menor". Finalmente, incluye el establecimiento de directrices del Gobierno a las Comunidades Autónomas una serie de directrices para que "se priorice el acceso" a la vivienda social en alquiler y VPO a las personas divorciadas…

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sábado, 2 de agosto de 2014

HUELLAS PROFUNDAS: Desarrollo (II)

Comunicación XLI Symposium de la SEPTG, Vulnerabilidad y Resiliencia grupal: Del Miedo a la Acción.


Francisca Vargas Real
Psicóloga Clínica – Psicoterapeuta en Vitoria (Álava)


Desarrollo:

El Día Internacional de la Familia se celebra el 15 de mayo.

Antropólogos y sociólogos han desarrollado diferentes teorías sobre la evolución de las estructuras familiares y sus funciones. Según éstas, en las sociedades más primitivas existían dos o tres núcleos familiares, a menudo unidos por vínculos de parentesco, que se desplazaban juntos parte del año pero que se dispersaban en las estaciones con escasez de alimentos.

La familia era una unidad económica: los hombres cazaban mientras que las mujeres recogían y preparaban los alimentos y cuidaban de los niños. En este tipo de sociedad era normal el infanticidio (muerte dada violentamente a un niño de corta edad) y la expulsión del núcleo familiar de los enfermos que no podían trabajar.

Por su parte, otros autores contemporáneos sostienen que el esquema de familia predominante en las sociedades industrializadas tiene también una base utilitaria, al permitir la transmisión de capitales económicos, simbólicos y sociales. Según estos autores, la familia que se tiende a considerar como "natura, normal" es un constructo de invención reciente y que puede desaparecer en forma más o menos rápida. El fenómeno subyacente en este razonamiento es que las palabras no sólo hablan de la "realidad" sino que le otorgan significado y, por tanto, el definir algo como "normal" es un proceso no neutral que fomenta lo que se define como tal.

Lo que distingue a nuestras sociedades industrializadas de las sociedades exóticas es el hecho de que nuestros grupos sociales se reclutan menos sobre la base del parentesco que sobre las clases de edad, la clase social, la afinidad, el lugar de trabajo, el ejercicio del ocio.  Martine Segalen, afirma que el  grupo doméstico antiguo, del cual no existe un único tipo sino varios, "es tan inestable como la célula conyugal contemporánea". Y que, en este sentido, "nuestra sociedad no ha inventado ni la movilidad geográfica ni la inestabilidad de los matrimonios sometidos". Para esta autora, la estructura familiar predominante en las sociedades industriales es una figura "efímera" y "transitoria" entre los modelos clásicos y los que están apareciendo actualmente.

Una hipótesis similar había sido realizada por Engels, quien sostuvo que lo que la sociedad llama "civilización" es un proceso centrado en la organización de las familias, la que evolucionó desde los primitivos gens, hasta la forma moderna como manera de acumular riquezas, pero no por parte de la sociedad sino en forma individual. En su concepto, el fenómeno obedece a la lucha de clases, genera injusticias y es insostenible.

Hay autores que dicen que el modelo nuclear se volvió cada vez más inalcanzable, no tanto porque se creyera menos en él, sino que para una parte de la población resultaba cada vez más difícil ajustarse a las normas de comportamiento esperadas.

En esta línea Gerson indica que los individuaos comienzan a reconsiderar sus opciones cuando las viejas soluciones se tornan inviables y la tolerancia a otras alternativas crece a medida que más individuos adoptan nuevos comportamientos.

Entre los años 1965 y 1995 los jóvenes de la clase trabajadora empiezan a considerar otras opciones antes de casarse. En la clase media, los varones extendían sus carreras académicas, y las mujeres optaban por profesiones no habituales como medicina e ingeniería. Las parejas demoran la llegada de los hijos, en la vida matrimonial o de pareja adquiere más relevancia la intimidad, se va fijando en la calidad y gratificación de la relación de pareja, de la vida sexual. La mujer empezó a distribuir las tareas del hogar y comenzó a verse el matrimonio con un poco de recelo.

Aumentaron el nº de divorcios, las uniones de hecho, las monogamias sucesivas, todo sustituyó a la monogamia tradicional.

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